martes, 5 de febrero de 2013

el problema del método

El método cartesiano aparecerá en una época donde chocan dos tendencias, por un lado esta la que tiene su base en las teorías de Platón y Aristóteles, y por otro la que pretende avanzar hacia un saber llamado "Nueva Ciencia". En el s. XVII surge el Racionalismo, y decae la astronomía aristotélica. Será una nueva corriente filosófica, basada en la razón humana, en las matemáticas, en el uso de un método deductivo, la búsqueda de ideas innatas, aspiración a una ciencia única, el dogmatismo, y presentara el gran problema de justificar que fuera de la mente ocurren exactamente las mismas cosas que dentro de ella.
  Descartes no encontraba ningún conocimiento del que pudiese fiarse, pero va a buscar refugio en la geometría y las matematicas, y va a pretender proveer a la nueva ciencia de un modelo metafísico de ralidad, y proporcionar un método a la filosofía, para así también lograr alcanzar la verdad.
  En este método se consideran dos formas de conocer: mediante una intuición intelectual, cuando conocemos algo de forma inmediata, cuando la razón accede a ideas simples que servirán de base. Y mediante deducción, cuando deducimos a partir de ciertas cosas que ya conocemos, cuando la razón establece nexos entre las ideas, buscando la demostración de nuevos teoremas. Estas dos formas son articuladas en torno a cuatro reglas, las Reglas del Método: la evidencia, no aceptar nada que no sea evidente, captación intelectual inmediata de una idea, y estas ideas deben ser claras y distintas. El análisis, descomponer la realidad hasta alcanzar las ideas primeras de las que no se puede dudar. La síntesis,a partir de las ideas simples ya encontradas volver a construir lo complejo. Y la enumeración, es la comprobación de todo el proceso.
  Descartes dedicó nueve años a aplicar este método a diversas ciencias, especialmente a las matemáticas. Sin embargo, su problema es  encontrar aquello de lo que pueda estar totalmente seguro, por lo que va a analizar los saberes agrupándolos y dudando de ellos. Dudará del conocimiento sensible, ya que los sentidos pueden engañar, y dudará de la experiencia alegando la hipótesis del sueño, que afirma que no se puede distinguir entre el sueño y la vigilia. Afirma que ante la mínima duda ya hay que descartar la verdad. Y aunque pensaba que las matemáticas era el conocimiento más claro y fiable, dudará tambien de éste proponiendo la tesis del Dios engañador, o genio maligno que ha puesto estas ideas para confundirnos.
  Finalmente este metodo encontrará su solución en el descubrimiento de tres realidades fijas, el "yo" como alma (la res cogitans), Dios (la res infinita), y el mundo (la res extensa). La res ogitans es real porque podemos estar seguros de que estamos dudando, por lo tanto pensando, y por lo tanto tenemos alma, y por lo tanto existimos (cogito ergo sum); Dios es real porque ha de haber algo que sea tan perfecto que haya puesto la idea de perfeccion en nuestra mente y eso solo puede ser la perfección maxima. Y el mundo es real porque confiamos en que Dios no nos engaña y las representaciones del mundo son verdaderas.
  Esto se resume en un círculo vicioso donde probamos la existencia de Dios por el método y esta claridad de los conocimientos solo queda justificada por Dios.

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